La terapia con oxígeno hiperbárico (TOHB) ha demostrado ser prometedora para mejorar la función ejecutiva, la concentración y la regulación emocional en pacientes con TDAH. Esta eficacia se debe a su capacidad para abordar problemas fisiológicos fundamentales: la hipoperfusión cerebral (bajo flujo sanguíneo) y la neuroinflamación. Aunque la FDA aún no ha aprobado específicamente el TOHB para el TDAH, los datos existentes sugieren que regímenes de presión específicos (normalmente de 1,3 a 1,5 ATA) pueden activar la neuroplasticidad y mejorar la función mitocondrial en el cerebro. Según la experiencia clínica, es más eficaz cuando se utiliza como terapia complementaria dentro de un programa completo de medicina funcional que de forma aislada. El TOHB representa una potente alternativa no farmacológica para las familias preocupadas por los efectos secundarios de la medicación.
Cómo afecta la OHB al cerebro del TDAH
- Reduce la neuroinflamación: Se sabe que la inflamación crónica del cerebro contribuye a los síntomas del TDAH. El TOHB reduce significativamente los marcadores inflamatorios (como las citocinas), actuando como un potente "antiinflamatorio" para el sistema nervioso.
- Angiogénesis y flujo sanguíneo: Los estudios, incluidos los de la Facultad de Medicina Sackler, demuestran que las sesiones repetidas de oxígeno hiperbárico estimulan el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en el cerebro. Esto puede conducir a una mejora permanente del flujo sanguíneo al córtex prefrontal incluso después del tratamiento.
- Neuroplasticidad: Las altas concentraciones de oxígeno a presión estimulan la liberación de células madre y favorecen la reparación y el crecimiento de las conexiones neuronales. Este proceso es crucial para "reentrenar" el cerebro y mejorar la concentración.

Razones para considerar la oxigenoterapia
El "verdadero" problema de los cerebros con TDAH no es la falta de fuerza de voluntad, sino una cuestión biológica. Las imágenes por resonancia magnética funcional (IRMf) suelen revelar zonas de hipoperfusión en los cerebros con TDAH, es decir, regiones con un flujo sanguíneo y una oxigenación reducidos, sobre todo en el córtex prefrontal, vital para la concentración y el control de los impulsos. Las cámaras hiperbáricas de oxígeno ofrecen una intervención atractiva al forzar la entrada de oxígeno en el plasma y los tejidos, sorteando los vasos sanguíneos constreñidos y "despertando" estas regiones cerebrales dormidas.

Selección de una cámara hiperbárica de oxígeno
Esta es una pregunta frecuente de los padres: ¿qué tipo de cámara se necesita?
- Cámara blanda (Micro Hyperbaric Oxygen - mHBOT):
- Normalmente puede alcanzar 1,3 ATA.
- Portátil, relativamente asequible para uso doméstico.
- Requiere el uso de un generador de oxígeno.
- Mi juicio: Ideal para terapia de mantenimiento, reducción de la inflamación sistémica y apoyo cognitivo leve. Popular entre los "biohackers" para uso diario.
- Cámara dura:
- Las presiones pueden alcanzar de 1,5 ATA a 2,0 ATA o incluso más.
- Utiliza oxígeno 100% de grado médico.
- Mi juicio: Necesaria para la reparación de nervios profundos o el tratamiento de lesiones cerebrales recientes. Si los síntomas del TDAH son graves o van acompañados de TBI (lesión cerebral traumática), el uso clínico de una cámara dura es definitivamente mejor que una cámara blanda.
Guía práctica para padres
- La coherencia es la clave: Una sola sesión es ineficaz y una pérdida de dinero. La mayoría de los ensayos clínicos de éxito para problemas neurocognitivos recomiendan un "bloque" de tratamiento: normalmente de 40 a 60 sesiones, cinco días a la semana.
- Perfil de seguridad: En general, el TOHB es muy seguro. El efecto secundario más frecuente es el barotrauma (dolor de oído, similar a la sensación de aterrizar en un avión). Los padres deben asegurarse de que su hijo puede realizar la ecualización de la presión del oído (tragar o bostezar). Para los niños sensibles, las cámaras blandas (en torno a 1,4 ATA) suelen ser más cómodas que los equipos hospitalarios de alta presión.
- "Die-Off Reaction": Ocasionalmente, los niños pueden experimentar una mayor hiperactividad o fatiga durante las primeras sesiones. En medicina funcional, esto suele interpretarse como un signo de que el organismo se está adaptando a la desintoxicación y a los cambios metabólicos, y no hay por qué alarmarse en exceso.
Sobre la autora: Jane
Soy una practicante certificada de medicina funcional y una madre dedicada a un hijo con TDAH. Frustrada por las limitaciones de la medicación convencional, pasé años investigando la neuroplasticidad y las terapias metabólicas para ayudar a mi hijo a prosperar. Ahora tiendo puentes entre la ciencia clínica y la experiencia de los padres, especializándome en la terapia con oxígeno hiperbárico (TOHB) y en estrategias nutricionales para la salud cerebral. Mi misión es capacitar a las familias con orientación basada en la evidencia, la compasión para navegar desafíos neurodivergentes con seguridad.
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